Faro.


Ya son tantas primaveras que pasaron
desde que te conocí, que mi tiempo
en abril ya se ha estancado. 
Llueve en mí sobre mojado...
sin cesar la tempestad.
Y aquí sigo, yo en mi nave.

Y a más riesgo de morir,
en tus ojos continúa esa luz suave
que ciertamente sobra a tu corazón,
y precisamente siento que me falta.
Como el faro, yo no quiero se apague, 
ni te olvides ya de mí.
¿Pues que haría ahora sin ti,
me ahogaría en el pasado?

Ni mis ansias por vivir, ni mi recuerdo sesgado
podrían sustituirte. Ni sería tan feliz.

Y es que se mueren mis ganas 
si ya no te encuentro ahí...
cada noche, a la luz de tu mirada.
Como faro, yo no quiero que se apague, 
ni te olvides ya de mí. 

1 comentarios:

7 de septiembre de 2008, 13:49 Anónimo dijo...

Si al final resulta que lo del derecho no funciona siempre podrás escribir un libro de poesías, son fantásticas chaval!