Anhelo de amor eterno.


Atrapado en el ocaso del tiempo
está aquel anhelo de amor eterno
que un día arrojé al vacío.
Pensando que nunca más tendría
la oportunidad de utilizarlo.

Ojalá pudiera, sin embargo,
arrojarme a aquel lugar,
donde el eco de mi alma
todavía retumba su caída,
donde las flores no crecen
ni tampoco se podrían
marchitar porque no hay vida.
Y poder recuperarlo.

Porque ahora, más que nunca,
necesito su rescoldo.
Porque ahora, más que nunca
le encontré el significado
que tanto tiempo busqué.

Aquella exhalación iba cargada
de más de lo que imaginaba
encontrar en este mundo,
y de lo que jamás pudiera imaginarme:
Amor eterno. Y por eso lo tiré.

Porque nunca pensé que existiera.
Por la extraña convicción de que así
podría olvidar falsas expectativas
de encontrar a alguien como tú.
Y sin querer, te he encontrado.

Necesito rescatarme de tus brazos,
porque mi sentido se ha perdido
en cada parte de tu piel.

Como perdida está mi mente
por buscar aquel suspiro
que quisiera presentarte
como el más puro regalo
que mi mente fabricara
para alguien como tú.

Porque de querer diría
que me disfrazo a tu lado.
Mas detrás de ese antifaz
me encuentro yo, y la fe
de que en tu corazón reside
el amor más genuino
que jamás pude encontrar.

Ansío con rescatar
mi anhelo de amor eterno
porque tú y solo tú, te lo mereces.


1 comentarios:

18 de febrero de 2009, 13:13 Pedro Aros Castro dijo...

El corazón nunca hay que botar
lo puedes de nuevo necesitar.
muy bueno ese anhelo.
gracias por visitar nuestro espacio
a la próxima deja tu huella

saludos amigo